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36 Desde Aroer en el límite del arroyo Arnón, incluyendo la ciudad que se encuentra en el valle, hasta la región de Galaad, no dejamos ninguna ciudad sin conquistar. El SEÑOR nuestro Dios nos entregó cada una de ellas. 37 Lo único a lo que no nos acercamos, conforme a la orden del SEÑOR, fue a la tierra de los amonitas que incluía todo lo que está a la orilla del arroyo Jaboc y las ciudades de la región montañosa.

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